14. Verano en Oxford
Es lunes y sale el avión. Me llevo varias lecturas atrasadas (2 libros, pero uno es de relatos variados), el móvil y bateria, ropa y calzado de entretiempo abrigado (soy friolera y prefiero prevenir), cremas y chicles.
He pedido a Isa que cuide de mi mascota. No me fío mucho pero como la iré llamando.
Llego. Espectacular. Muchas gente, pero tengo mis rutas. Me llevan al hotel. Hostal, pero para el caso, va bien. Tiene una mini cocina, que usaré la siguiente. Se presienten días de sol. Y sí, lo son.
En mi primera semana visitamos la Universidad, donde estamos un día completo. En los siguientes, la Iglesia, Puente, la ciudad y, en días libres, aprovecho para ver algunos pueblos cercanos, comiendo de supermercado, y viajando como cuando era más joven, con mochila, deportivas y, casi casi, de incógnito. Siempre con el móvil cargado, haciendo fotos, y por sitios donde hay gente, volviendo pronto al hostal y disfrutando de algunas noches paseando bajo la luna tras la cena y antes de la nocturnidad en el colchón.
En mi segunda semana, hago un intensivo de Inglés que encontré contactando online en la Universidad. Es dentro de la Universidad, no es barato pero con el extra de junio he podido petmitirmelo. Además, en el trabajo, van a contratar a más personas para anuncios de orígenes internacionales, y me hacen usar más el Inglés que el Catalán (que ya me preocupa mucho, pero se entiende debido la dinámica de la empresa) que disfruto en grupo. Y, tengo que decirlo, con alguien en especial.
Sí, he conocido a un hombre. Sí, es educado, es español (de Cataluña, Lloret de Mar), muy atractivo (se parece a Brad Pitt en "Benjamín Button") y muy honesto y amable. Hablamos en Inglés, comemos juntos en mi habitacion, casi siempre invitando él, paseamos, estudiamos y, el último finde, recorremos otros pueblos juntos, en tren. Es profesor en la Universidad de Barcelona, tiene cuatro años más que yo y sí, me gusta. Sí, nos hemos acostado, juntos, desde el segundo día, durmiendo juntos casi todos los dias. Sí, soy muy feliz a su lado. No, no me cuestión nada. Y sí, sé que esto tiene final, aunque me preguntó si continuación en nuestro país, pero, mientras, no dejó que esto influya en esta aventura académica de pasión y aprendizaje.
Y sí, el domingo, cuando nos despedimos, prometemos que, por felices que hemos sido, no darnos el teléfono, ni dirección, ni email, pero no olvidarnos.
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